PUBLICACIONES

DATOS OBTENIDOS
DE LAS PUBLICACIONES

Este texto mantiene los nombres científicos con la nomenclatura original como fueron encontrados en la literatura.

Realizamos un seguimiento exhaustivo, de todas las publicaciones que se han efectuado de 1840 a la fecha sobre registros de aves para Cozumel, incluyendo la información contenida en las Guías de Campo así como la información publicada en páginas de internet, siendo muy cuidadosos con la información errónea o dudosa que existe para la isla.

En base al análisis de la literatura que se ha publicado sobre la avifauna de Cozumel sabemos que los primeros listados de las aves para la Isla se publicaron en 1885. El primero de ellos fue publicado por Salvin (1885) quien publicó “On a Collection of Birds from the Island of Cozumel”. En este trabajo él hace la descripción de la Colección de aves formada por Mr. E. C. Devis, quien después de residir en el norte de Yucatán visitó Cozumel antes de regresar a Londres. Salvin menciona en ésta publicación que después de la visita de Cortés a Cozumel, la Isla parecía haber caído en un periodo de abandono, hasta que el Dr. Stehpens en 1842 fue a la isla con el propósito de explorar las ruinas mayas. El Dr. S. Cabot que iba en la expedición de Stephens, colectó 2 aves del género Certhiola. Con estos ejemplares el Dr. Salvin comenzó su estudio de las aves de Cozumel, estos ejemplares posteriormente fueron descritos como Certhiola caboti ahora Coereba flaveola.

Salvin hizo la descripción y análisis de las 27 especies que contenía la Colección de Mr. Devis y comparó estas con las que ya se conocían en ese tiempo para Yucatán. Como él esperaba, encontró una fuerte relación entre las aves de los 2 distritos, pero le interesó el hecho de que había géneros en la avifauna de Cozumel como Certhiola (Coereba)  y  Spindalis cuyo origen era Antillano. También llamó su atención un ejemplar del género Harporhynchus (Toxostoma) distinto que no tenía relación con los más cercanos que se habían encontrado en Veracruz.

Salvin encontró que las aves características que se compartían con el Continente eran Vireo magister, Piranga roseogularis, Centurus rubriventris (Melanerpes pygmaeus), C. dubius (Melanerpes aurifrons)  y Chysotis xantholora (Amazona xantholora). Añadió que muchas de las demás especies estaban ampliamente distribuidas en el continente y el resto eran migratorias que visitaban la Isla durante su vuelo de primavera, señaló que algunas especies como Melanoptila glabirostris estaban restringidas a la costa y Columba leucocephala (Patagioeneas leucocephala) y Engyptila jamaicensis (Leptotila jamaicensis) tenían un amplio rango de distribución en las islas Antillanas.

Mr. Davis le habló a Salvin de muchas otras especies que le eran familiares pero de los cuales no obtuvo ejemplares como Mimus posiblemente Mimus gilvus, Phoenicopterus ruber, Platalea ajaja, Eudocimus albus, Cancroma ajaja (Cochlearis cochlearis), Pandion haliaetus y numerosas especies de garzas. Él hablaba de estas especies como “muy comunes”.

Los siguientes listados de aves publicados para Cozumel fueron efectuados por Robert Ridgway, quien publicó “Description of new species of birds from Cozumel Island, Yucatan” (1885a), “Catalogue of a Collection of birds made on the Island of Cozumel, Yucatan by the Naturalists of the U. S. Fish Commission Steamer Albatross” (1885b) y “Description of a new hawk from Cozumel” (1885c). En el primer trabajo, Ridgway hace la descripción de las nuevas especies encontradas para Cozumel basado en las colectas efectuadas por Benedict en enero de 1885, esta publicación es el trabajo previo al reporte completo de las especies encontradas en Cozumel y publicado posteriormente en “Proceedings of the U.S. National Museum”.

En la segunda publicación (1885b), Ridgway describió la colecta efectuada por Mr. J. E. Benedict del 22 al 29 de enero de 1885. Benedict era el naturalista residente del “U. S. Fish Commision Steamer Albatross”, él asistido por Mr. Thomas Lee, el Dr. Tarleton H. Bean y el Capitán J. W. Collins realizaron una colecta de aves en la Isla la cual estaba compuesta por 232 pieles y 177 ejemplares en alcohol, teniendo un total de 409 ejemplares de 57 especies. Al comparar el trabajo de Salvin con el de Ridgway se encontró que la Colección formada por Mr. E. C. Davis contenía ejemplares de seis especies que no se encontraron en la Colección efectuada por Benedict.

El tercer trabajo de Ridgway (1885c) consiste en la descripción de la nueva especie Rupornis gracilis (Bute magnirostris) basado en la colecta efectuada por Benedict.

Posteriormente, Salvin (1888, 1889, 1890) publicó “A list of the birds of the Islands of the Cost of Yucatan and the Bay of Honduras” una serie de tres listados de las aves colectadas en las Islas de la Costa de la Península de Yucatán y de la Bahía de Honduras, donde se incluyen datos para Cozumel. Dichas colectas fueron realizadas por George F. Gaumer cuya problemática en la etiquetación de los ejemplares que colectaba se analizó anteriormente. Debido a los errores encontrados en ejemplares de Gaumer, los registros efectuados por él y publicados por Salvin no fueron considerados para la elaboración del listado obtenido de la literatura.

El siguiente trabajo publicado sobre la avifauna de la Isla es el efectuado por Allen en 1889, el hizo una revisión de los ejemplares del Género Cyclorhis (Cyclarhis) para establecer su estatus y relación. Con este trabajo él establecía a Cyclorhis insularis como una forma exclusiva para Cozumel

En 1926, Griscom publicó “The ornithological results of the Mason-Spindel expedition to Yucatan” un listado de las aves observadas en la expedición Manson-Spindel a Cozumel. En diciembre de 1925, gracias al interés de Mr. George Palmer Gutman y Mr. Gregory Mason, el Museo Americano de Historia Natural dio la oportunidad a Ludlow Grissom de representar al Museo en la expedición Mason- Spindel organizada primeramente para buscar las ciudades desconocidas de los antiguos Mayas, el objetivo principal por el que Griscom fue incluido en la expedición era para que colectara una serie adecuada de aquellas especies de aves “particulares” para Cozumel y para que determinara su presencia o ausencia en tierra firme (Griscom, 1926).

Griscom fue designado para unirse a la expedición y junto con otros 5 viajeros dejaron Nuevo Orleans para dirigirse a Belice el 9 de enero de 1926. Después de varios días reuniendo provisiones, el 17 de enero de 1926 comenzaron su expedición navegando. Después de una breve parada en lo que entonces era Payo Obispo (la capital del territorio de Quintana Roo) para obtener los permisos necesarios, continuaron a partir del 20 de enero recorriendo diferentes sitios a través de los Cayos de la Costa de Belice y diversos sitios en el estado de Quintana Roo, visitando en cada sitio diferentes tipos de vegetación.

Durante este viaje visitaron diversos Puertos e Islas como Banco Chinchorro, Bahía de Ascensión, Boca de Paila, Chunyaxche o Muyil. Del 4 al 7 de febrero visitaron la isla Cozumel y continuaron su viaje hacia Xcaret, Palmul, Chamalal, Acumal, Playa del Carmen y Puerto Morelos. Del 14 al 27 de febrero regresaron a Cozumel.

Su itinerario fue intermitente y por lo tanto las colectas también, en su artículo Griscom (1926) menciona que preparar las pieles de las aves colectadas cuando se encontraban en el mar era casi imposible, por lo tanto sólo colectaron aquellas aves que eran necesarias para la Colección del Museo o las que él nunca antes había visto. Otros tripulantes dispararon a algunas aves muy comunes para analizar los datos en la mano, pero las pieles no podían ser preparadas. El colectó 205 ejemplares de 81 especies, de éstas, 6 especies no estaban descritas y 14 eran nuevas para la colección del Museo.

La siguientes publicaciones relacionadas con la avifauna de Cozumel son las efectuadas por James L. Peters (1926,1927) quien realizó viajes en el invierno de 1917, 1922 y 1925 a las Antillas (West Indies) como parte de las expediciones del Museum of Comparative Zoology de Cambridge Massachussets, con el material que él colectó y el procedente de otros Museos como el Biological Survey, el US National Museum y el Field Museum. Hizo una serie grande de ejemplares de Elaenia martinica y Dendroica petechia para realizar la revisión de las “razas” y determinar el número y las formas de la especie, su división y su distribución, obteniendo para Elaenia martinica la identificación de 6 formas e identificando a Elaenia martinica remota como subespecie para la Isla Cozumel.

Para Dendroica petechia, Peters cambia la clasificación propuesta por Ridgway (1902) quien había reconocido 2 especies con 11 subespecies. Él reduce el número de especies a 1 y eleva a 15 el número de subespecies. Describe a Dendroica petechia rufivertex como subespecie para Cozumel, que no se encuentra en el Continente y que está muy relacionada con la distribución de ésta especie en las Antillas.

Peters analiza que ésta subespecie parece estar más relacionada con D. p. ruficapilla que otras subespecies que se distribuyen en Islas más cercanas a aquellas en las que se encuentra D. p. ruficapilla (Martinique, Guadalupe, Pequeñas Antillas). Sugiere que este parecido entre ambas subespecies es el resultado de procesos de paralelismo o convergencia.

Nelson en 1926 publicó “Two new birds from Mexico” esta publicación es el resultado de las expediciones realizadas en la Península de Yucatán donde obtuvo una serie de ejemplares de Crecisus ruber (Crax rubra), una especie que era rara en las Colecciones de los Museos e hizo la descripción de lo que consideró una nueva raza de hocofaisan Crax globicera.

Nelson y E. A. Goldman habían colectado en Cozumel en abril de 1901, varios ejemplares de ésta especie y al hacer su comparación con los ejemplares del Continente notaron que los ejemplares de Cozumel eran una subespecie bien marcada, la cual fue llamada Crax globicera griscomi. Es notable que para ese tiempo Nelson la mencionó como una especie común en la Isla, actualmente su estatus es “en crítico peligro de extinción”.

En 1934 Long realizó una publicación donde analizó dos ejemplares colectados en Cozumel por Gaumer, etiquetados como Falco columbarius columbarius, al realizar su revisión corrigió la identificación a Falco columbarius bendirei. El menciona que el registro de esta especie para Cozumel debe ser tomado con cautela debido a los conocidos errores que las etiquetas de Gaumer tenían.

Lincoln en 1944 realiza una revisión del rango de distribución en invierno de Chaetura pelagica, menciona los reportes de Griscom (1926) hechos en Cozumel.

Paynter es el siguiente en publicar en 1955 un extenso trabajo para la Península de Yucatán donde se incluyen datos para Cozumel “The Ornithogeography of the Yucatan Península”. Su trabajo era para la fecha, la más valiosa contribución para el conocimiento de la avifauna de la Península. En esta publicación, él sintetizó toda la información que existía sobre la composición y la distribución de la avifauna de la región. Esta investigacion se basó tanto en las colectas y reportes existentes, como en los cientos de ejemplares colectados por él mismo y sus colegas durante muchos meses de trabajo de campo. Paynter hace notar la importancia de tomar con cautela los registros y colectas hechas por Gaumer debido a los errores durante la etiquetación.
 
Los siguientes en publicar un trabajo relacionado con la avifauna de Cozumel son Edwards y Taishan (1955) quienes visitaron la costa oeste de la isla del 5 al 9 de agosto de 1954. En su artículo “The Prothonotary and Kentuky Warblers on Cozumel Island,  Quintana Roo, Mexico” reportan la llegada ‘temprana’ a Cozumel de Oporornis formosus  y Protonotaria citrea en otoño. Con estos datos y el reporte de ambas especies en el oeste de Cuba los autores sugirieron como hipótesis la ruta de migración a través de Florida, Cuba y Quintana Roo. Los ejemplares colectados fueron depositados en la Colección del Dr. George M. Sutton en la universidad de Oklahoma.
 
En enero de 1959 Denham visitó Cozumel y realizó el registro visual de Bubulcus ibis que anteriormente había sido reportada en Florida y Puerto Rico pero no en Quintana Roo. El único registro anterior que se tenía de esta especie era de un ave que había sido anillada en Florida y se recuperó en la Península de Yucatán en la laguna Om, cerca de Chetumal en diciembre de 1956. En el trabajo de Paynter no se incluían registros para ésta especie aunque sí incluyó el de otras garzas como Casmerodius albus (Ardea alba)  y Leucophoyx thula(Egretta thula). En este artículo, Denham (1959) además del registro de esta especie también reportó la presencia de Egretta thula, la cual al parecer no era común.
 
Bond publicó en 1961 “Notes on birds of Cozumel Island, Quintana Roo”  este trabajo, es el resultado de la visita a Cozumel del 11 al 25 de febrero de 1961 en el que Bond realizó investigación de campo en un radio de tres millas alrededor de San Miguel. En éste trabajo, obtuvo reportes para 65 especies, de las cuales 6 fueron nuevos registros: Falco sparverius, Tringa solitaria, Larus argentatus, Tyto alba, Iridoprogne albilinea (Tachycineta albilinea) y Dendroica tigrina. Esta publicación es importante ya que ademas de los nuevos registros realizados, Bond propone una lista de 21 especies cuya presencia en Cozumel debe mantenerse como hipotética ya que los registros existentes para éstas están basados únicamente en las colectas efectuadas por Gaumer. De esta lista él sólo obtuvo un reporte para un pequeño martín pescador que presumiblemente parecía Chloroceryle aenea observado en los manglares.
 
En julio y agosto de 1962 E. E. Klaas fue miembro del trabajo de campo organizado por el Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas a la Península de Yucatán. Su principal objetivo era colectar y observar aves con especial énfasis en la recopilación de información de anidamiento, aunque también obtuvo datos de distribución, incidencia, muda y ectoparásitos. Para Cozumel, registró información de 24 especies (Klass 1968).
 
Lanyon (1965) trabajó con ejemplares de la Península de Yucatan y de Cozumel para establecer los limites de diferenciación de las especies del género Myiarchus. Aunque existía un reporte de Myiarchus yucatanensis publicado por Paynter (1955) para Cozumel, debido a que había sido colectado por Gaumer se tenía duda de la validez de éste. Sin embargo, tanto Griscom (1926) como Dickerman realizaron otras colectas que Lanyon pudo examinar y con sus resultados dio validez a la distribución de Myiarchis yucatanensis en la Isla.
 
Parkes y Phillips publicaron en 1967 “A new subspecies of the Yucatan Flycatcher”, una revisión muy completa de los registros que hasta la fecha existían para Myiarchus yucatanensis. Realizaron además trabajo de campo para obtener ejemplares de esta especie y encontraron que la población de la especie que se encuentra en Cozumel constituye una subespecie bien definida por la diferencia en el patrón de coloración, la subespecie fue llamada Myiarchus yucatanensis lanyoni.
 
En 1970 Parkes hace una revisión del trabajo publicado por Thompson en 1962 en el cual hizo” nuevos  registros” de aves para algunos estados de México, incluyendo 3 registros para Cozumel. Parkes señaló que estos registros estaban basados en las colectas de Gaumer y por lo tanto su validez es dudosa.

Mason (1976) hace un análisis de los registros de Dendroica tigrina  para México y Centro América. Esta especie había sido mencionada para México por Miller et al (1957) en el “Distributional check-list of the birds of Mexico” en el cual incluían tres registros  para la Península de Yucatán efectuados en 1955 y citados por Paynter (1955). Bond (1961) en su listado de nuevos registros para la Isla incluía un registro de esta especie. Peterson y Chalif (1973) no mencionan reportes de esta especie para el país. Pero Mason recibió una carta de Alan Phillips en 1974 donde le confirmó la colecta efectuada en San Miguel Cozumel el 12 de noviembre de 1965 y el avistamiento de varios individuos. Con estos datos, Mason sugirió que Dendroica tigrina es un visitante de invierno poco frecuente en México y Centro América.
 
En 1984 Edwards hizo un viaje a Cozumel 25 años después de su primera visita y publicó “Birding on the Yucatan peninsula” (1984) no reportando nuevos registros.

Lopez-Ornat, Lynch y Mac Kinnon realizaron en 1989 la publicación “New and noteworthy records of birds from the Eastern Yucatan Peninsula” incluyendo a la isla Cozumel como localidad de muestreo, estos datos fueron generados en el periodo de 1974 a 1988 usando observaciones y trabajo con redes de niebla.
 
Entre los registros que obtuvieron para Cozumel están: Falco columbarius, dato que Long había analizado en 1934 pero que se tomaba con cautela ya que provenía de las colectas de Gaumer, Charadrius semipalmatus registrado por Paynter (1955) al igual que Limosa feoda, Columba leucocephala, Zenaida macroura, Catharus minimus, Dendroica caerulescens, Coereba flaveola y Dolichonyx oryzivorus.  También registraron Sterna caspia que Paynter (1955) no registró pero menciona un reporte previo para la isla. En esta publicación ellos obtuvieron los registros para Limnothlypis swainsoni y Oporornis formosus, este último ya había sido registrado por Edwards y Tashian en 1955.
 
De enero de 1980 a diciembre de 1985 Chávez León  realizó colectas en la Península para hacer el listado de las aves de Quintana Roo. Para la localidad de Cozumel sólo hizo recorridos de observación, no obteniendo en sus resultados ningún nuevo registro (Chávez León, 1988).
 
En 1988 Howell y Mac Kinnon realizaron un análisis con detalle de los primeros registros hechos en México para Plegadis falcinellus en la publicación “Status of the Glossy Ibis in Mexico” en este trabajo incluyen un registro hecho por Andrés M. Sada en junio 4 de 1988 en Cozumel. Howell y Webb volvieron a ver al ave el 12 de julio de 1988 en la Isla y confirmaron la correcta identificación de la especie.
 
Howell, Web y Mac Kinnon (1990)  hicieron una revisión de las especies del género Sterna que ocurren en México y mencionan datos de Sterna anaethetus anidando en Cozumel. Mencionaron avistamientos hechos en la Isla desde 1970 a 1990, donde se registraron 6 ejemplares de esta especie por John Guarnaccia, Howell, Kenn Kaufman, Andrés M. Sada. En julio 12 de 1988 Howell y Webb confirmaron la presencia de anidamiento cuando encontraron 2 nidos con un huevo cada uno en una pequeña isleta (roca) cerca de punta Celarain en el sur de Cozumel.
 
López González (1991) realizó un estudio prospectivo de los vertebrados terrestres del corredor turistico Cancún-Tulum en el cual incluyó a Cozumel como localidad de muestreo. En este trabajo registró 106 especies de aves para la Isla, sin reportar nuevas especies.
 
Barbara Mac Kinnon en 1992 realizó la publicación de “A checklist of the birds of the Yucatan peninsula”, en este trabajo ella hizo una recopilación de las especies registradas para Campeche, Quintana Roo, Yucatán y las Islas Costeras de la región basada en la bibliografía publicada para la Península de Yucatán. En este trabajo, Mac Kinnon no menciona registros específicos para cada Isla, sino que incluye como una sola localidad la Costa este del Caribe junto con las Islas de Quintana Roo, de modo que no se pueden separar los registros obtenidos para Cozumel.
 
Al final de esta publicación Mac Kinnon incluye una serie de registros de especies no publicados anteriormente, entre ellas se incluyen las siguientes para Cozumel:

En 1995 Howell y Webb en su publicacion “A Guide to the Birds of Mexico and Northern Central America” reportaron un total de 203 especies para Cozumel e incluyeron un listado de 35 especies cuya presencia mantienen como hipotética debido a que se trata de ejemplares basados en las colectas efectuadas por Gaumer. De ésta lista de registros hipotéticos actualmente se ha confirmado la presencia de 4 especies 3 de ellas hechas por Buffa (1999) Archilocus colubris, Spiza americana y Dolichonyx oryzivorus y Seiurus Motacilla por Macouzet y Escalante (2000b).

Martínez Morales en 1996 publicó un trabajo sobre la abundancia, preferencia de hábitat y conservación de Crax rubra griscomi, subespecie endémica de Cozumel. Esta especie estaba catalogada como “posiblemente exitinta” desde los años cuarenta debido a la falta de registros, sin embargo, durante el trabajo de campo que el autor realizó de octubre de 1994 a junio de 1995 encontró nuevos registros basados tanto en observaciones que él mismo realizó como en los reportes hechos por otros investigadores y por los pobladores locales. Con su estimación del tamaño poblacional y el análisis que realizó sobre los factores que afectan a la población de este crácido, pudo concluir que se trata de la población más pequeña entre todos los Crácidos del mundo y su estatus la sitúa como especie críticamente en peligro.

Brewer en 1997 realizó la publicación del primer registro en tierra firme de Calonectris diomedea, en el análisis de su registro mencionó un reporte anterior hecho el 30 de octubre de 1991 en la parte sur-este de Cozumel que Mac Kinnon incluyó en su publicación de 1992 y que publicaron Howell y Webb en 1995.

En 1997, Macouzet realizó la publicación del trabajo de tesis titulado “Diversidad avifaunistica de la Isla Cozumel”, esta publicación fue el resultado de un año de trabajo de campo en el cual con redes de niebla y conteos por puntos se muestrearon la selva mediana subcaducifolia, selva baja caducifolia, manglar y tasistal, obteniendo un listado de 110 especies con un registro de 7 nuevas especies cuyos reportes fueron publicados posteriormente.

Garrido et al (1997) analizaron la situación sistemática del género Spindalis de las Grandes Antillas y Cozumel. Con los resultados, obtenidos por las diferencias morfológicas y las vocalizaciones, sugirieron que para el grupo Spindalis más que tratarse de una sola especie polytípica se trata de una compleja superespecie con cuatro aloespecies: zena, portoricensis, dominicensis y nigricephala. De éstas, la primer aloespecie S. zena es una especie polytipica representada por cinco subespecies endémicas de las cuales Spindalis zena benedicti esta confinada a Cozumel y el este de la Península de Yucatán.

Steve Howell en 1999 publicó “A Bird-finding guide to Mexico” una guía en la cual incluye a Cozumel como uno de los sitios de interés para observar aves en México, listando 168 especies entre las cuales se incluyen los nuevos registros para Pachyramphus aglaiae, Vireo gilvus, Chamaethlypis poliocephala y Carduelis psaltria.

Parkes y Phillips (1999) hicieron una revisión de ejemplares para distinguir entre las subespecies de  Camptostoma imberbe. Anteriormente existían dos subespecies descritas por Traylor (1979), C. imberbe ridgway encontrada del sur de Arizona a Morelos y Michoacán y C. i. imberbe encontrada de el sur de Texas al sur de México incluyendo la Península de Yucatán y el noroeste de Costa Rica. Parkes y Phillips iniciaron este trabajo basados en las diferencias que Griscom (1926) había notado entre los ejemplares colectados en la Península y los colectados en Cozumel, tanto el material que ellos colectaron como el que Dickerman colectó en los ’60 sirvió para tener una serie significativa para hacer la revisión, en sus resultados encontraron que la subespecie que se distribuye en Cozumel es diferente a las que se encuentran en el continente llamando a la población de la Isla Camptostoma imberbe thyellophila.

En 1999, Buffa y Morris publicaron “Occurrence of four migrants on Cozumel Island, Mexico” un artículo con 4 nuevos registros para la Isla. Ellos visitaron Cozumel en abril de 1995 y observaron Archilochus colubris, Oporornis philadelphia, Spiza americana y Dolichonyx oryzivorus para los cuales había muy poca información o no habían sido registrados previamente.

El registro de Archilochus colubris no era esperado para Cozumel, aunque el checklist del AOU (1983) menciona a la isla dentro de su rango de distribución. Howell y Webb (1995) mantenían la presencia de esta especie como hipotética debido a la falta de registros, nosotros encontramos un ejemplar de Archilocus colubris en la base de datos del Atlas de las Aves de México (Peterson et al, 1998), el ejemplar fué colectado por Benedict y Lee en 1885. Este ejemplar se encuentra depositado en la Colección Ornitológica del National Museum of Natural History. El Dr. Phillip Angle, amablemente revisó este ejemplar por nuestra petición y nos envió los datos contenidos en el catálogo los cuales son “This specimen may be from Cozumel as no locality was given on the label”. El registro de Buffa y Morris es de importancia para dar validez a la presencia de esta especie en la Isla.

Las especies Spiza americana y Dolichonyx oryzivorus también eran consideradas como hipotéticas ya que los registros anteriores estaban basados en las colectas efectuadas por Gaumer. Para Dolichonyx oryzivorus existía un dato publicado por López Ornat et al en 1989 y encontramos dos ejemplares colectados en 1884 depositados en la Colección del BMUK. De este modo, las observaciones hechas por Buffa y Morris confirman la presencia de ambas especies como migratorias de paso por la isla.

Finalmente, la presencia de Oporornis philadelphia es posiblemente el dato más llamativo ya que esta totalmente fuera de su rango de distribución. Sin embargo, los registros no publicados hechos por Howell en 1986 y la colecta de una hembra hecha por J. Sterling el 28 de marzo de 1990, incluida en la publicación de Mac Kinnon (1992) pueden apoyar la idea de que la presencia de esta especie en Cozumel es muy rara, pero posiblemente sea una migratoria regular de paso en primavera.

Macouzet et al en 1999 publicaron “Two notable records of birds for Cozumel Island”, en esta publicación se señala la observación de Phoenicopterus ruber y Pelecanus erythrorhynchos en los humedales localizados entre la Laguna Colombia y el Faro Celarain.

En marzo del año 2000a, Macouzet y Escalante publicaron “New records of birds for Cozumel Island”, en este trabajo se menciona el primer registro efectuado para Cozumel de Vermivora celata, Vermivora ruficapilla, Wilsonia canadensis, Habia fuscicauda y Volatinia jacarina. Estos registros fueron realizados en la Isla durante 1994-1995.

Macouzet y Escalante (2000b) publicaron posteriormente “First record of Louisiana waterthrush (Seiurus motacilla) from Cozumel. Paynter (1955) y Howell y Webb (1995) mencionan a esta especie como extremadamente rara en la Península de Yucatán y la señalan como especie “de paso – casual” y “de paso – no común”, respectivamente. La presencia de esta especie en Cozumel era mencionada por Howell y Webb (1995) como hipotética. Macouzet y Escalante colectaron un individuo el 15 de marzo de 1995 en la Selva Mediana Subcaducifolia cercana al Cedral. Aparentemente existía un registro previo realizado por Robert Waide, quien observó dos individuos en Cozumel en julio de 1978, sin embargo, esta información nunca se publicó (Barbara Mackinnon, com. pers.). De este modo los autores mencionan que esta especie podría ser considerada como “de paso – no comun” en la Isla o migrante regular en bajas densidades.

Gómez de Silva en el 2001 reportó para Cozumel Tyrannus couchii y Tyrannus dominicensis, dos especies que no habian sido mencionadas en el listado de Howell y Webb (1995).

En el 2001 Macouzet y Escalante con el trabajo “Registros de Toxostoma guttatum posteriores al Huracan Gilberto” hacen una recopilación de las publicaciones en las que se había mencionado la presencia de esta especie en Cozumel desde 1885 hasta 1988, antes del paso de este Huracán sobre la Isla. Howell (1995) solicitó información sobre cualquier reporte de ésta ave y había sugerido que la especie se había vuelto escasa al haber sido afectada adversamente por el Huracán. Las autoras registraron a la especie en 1994 y al igual que Howell (1995), sugirieron que ésta especie fué afectada negativamente por los fenómenos meteorológicos que ocurrieron en la isla.

En el 2004 Steve Howell publicó “An update on status of birds from Isla Cozumel Mexico” en esta publicación en base a 20 días de trabajo de campo realizado entre octubre y enero de 1993 a 2003, Howell examina el estatus de 29 especies de aves incluyendo algunas que no habían sido previamente reportadas en la isla. Cita los registros recientes mencionados anteriormente de Pelecanus erythrorynchos, Oporornis philadelphia y Volatinia jacarina y de Pachyramphus aglaiae, Vireo gilvus, Chamaethlypis poliocephala y Carduelis psaltria (Howell, 1999), así mismo menciona los registros efectuados por Gómez de Silva (2001) sobre 2 especies no citadas por Howell y Webb (1995) Tyrannus couchi y Tyrannus dominicensis, para esta última especie nosotros encontramos un ejemplar depositado en la colección del USNM.

Incluye los nuevos registros de Dendrocygna autumnalis, Anas americana, Buteo brachypterus, Nyctibius jamaicensis, Vireo gilvus, Wilsonia pusilla, Passerculus sandwichensis, Melospiza lincolnii, y Carduelis psaltria. Al hacer la revisión de los ejemplares en los Museos y Colecciones encontramos registros previos para Passerculus sandwichensis en la Colección del Canadian Museum of Nature y en la Colección del Royal Ontario Museum, colectados por Alan R. Phillips en 1971 y para Melospiza lincolnii del cualexiste un ejemplar depositado en la Colección de Cornell University Museum of Vertebrates, colectado en 1965 por Robert Dickerman.

Caballero Cruz (2007) estudió la densidad poblacional y preferencia de hábitat de Crax rubra griscomi utilizando método de muestreo de distancias por trayectos lineales, así como método de trampeo y realizó un análisis de viabilidad poblacional. Estimó la densidad poblacional en .87 aves/km2 y realizó la captura de un solo individuo. Con los resultados que obtuvo sugirió que la especie podría extinguirse en 40 años e incluye un analisis de los factores que han llevado a esta especie a encontrarse en esta situación.

En 2009, Navarro y Peterson publicaron el análisis de distribuciones geográficas para Toxostoma guttatum, Vireo bairdi y Chlorostilbon forficatus, utilizando por un lado el modelaje ecológico de la distribución y por otro la gran cantidad de información contenida en colecciones, bibliografía especializada e información reciente de campo para contar con una estimación adecuada del área distribucional de estas especies.

Robert L. Curry (2010) publicó en internet una página que analiza diversos aspectos de Toxostoma guttatum, incluyendo las referencias de “posibles avistamientos”.

En 2012, Plasencia-Vázquez y Escalona-Segura  publicaron un trabajo sobre registros de Amazona albifrons como especie introducida en Cozumel que se encuentra viviendo libremente en las áreas urbanas de la isla.

Lapergola et al en 2012, relizaron la primer descripción de nido, huevos y fenología de anidación de Vireo bairdi. Esta descripción la hicieron en base a tres nidos que encontraron en el 2009 y en el artículo describen la forma del nido, tipo de ramas donde los encontraron, el tamaño de nidada y la descripción de los huevos.

Roldan y Lapergola (2013) estimaron la sobrevivencia en nidos y evaluaron los factores que afectan este parametro demográfico en Melanoptila glabirostris, en la peninsula de Yucatán, incluyendo un sitio de muestreo en la Isla Cozumel.

Macouzet y Escalante (2013) publicaron cuatro nuevos registros para Cozumel obtenidos a partir de ejemplares encontrados en colecciones ornitológicas.  Las nuevas especies para Cozumel fueron Empidonax alnorum, Vireo solitarius, Catharus fuscescens y Zonotrichia leucophrys.

En 2014 Sosa y Mennill publicaron un detallado estudio sobre la primera descripción del comportamiento vocal de Troglodytes aedon beani, analizando la estructura de su canto, incluyendo los patrones de organizaión de su repertorio y los cantos que comparten entre individuos.

González C. y Macouzet (2017, aceptado) reportan los primeros avistamientos de Setophaga pitiayumi para la Isla Cozumel realizados el 15 y 18 de marzo de 2017 en el Parque Ecológico Estatal Laguna Colombia “Parque Punta Sur”. Los avistamientos fueron efectuados por observación directa y se obtuvieron fotografías de la especie. Estos registros constituyen los primeros de ésta especie para la península de Yucatán.

Finalmente, al reunir la información publicada sobre las aves de la isla obtuvimos un listado de 235 especies (Cuadro 9). 

Cuadro 9. Listado de las especies de aves que se han reportado en la literatura para la Isla Cozumel